Venezuela en Harvard

De pronto, como un golpe de aire fresco en un día exageradamente caluroso y as fixiante, los muchachos de la UCAB, la USB y la UCV se convierten en una excelente noticia. Y todos nos hacemos eco de la buena nueva como si cada uno de los estudiantes que la protagoniza nos corriera por las venas. En segundos, los hacemos nuestro orgullo, nuestro comentario obligado; uno que, por cierto, nos aleja del rosario de quejas que, inevitablemente, nos absorbe a diario. Esta vez, los muchachos de la UCAB, la USB y la UCV ocupan los titulares y le agradecemos a Dios que, en esta oportunidad, sea un reconocimiento internacional a su esfuerzo, dedicación y preparación lo que los transforma en el centro de nuestra atención. Hoy, gracias a Dios, no son noticia por ser las víctimas de las represiones que, con bastante frecuencia, lanza contra ellos el régimen. Hoy, no son noticia porque se hayan visto en la necesidad de salir a las calles a reclamar el dinero que el Estado se niega a entregar a sus casas de estudio. Hoy, nuestros muchachos no están encabezando una protesta exigiendo sus derechos cercenados. Nuestros estudiantes de la UCAB, la USB y la UCV están en Harvard, la prestigiosa universidad americana, recibiendo un reconocimiento que, en estos tiempos difíciles y oscuros para nosotros los venezolanos, además de orgullo, nos llena de esperanza.Y es obligatorio, por unos ins tantes, apartar las denuncias y dejar de seguir los escándalos de corrupción. Porque a pesar de las difíciles condiciones que enfrentamos los venezolanos, un grupo de estudiantes logró superar cada una de las barreras que hoy significa intentar, al menos, asistir a competencias académicas internacionales. El costo del pasaje aéreo, el monto que se debe destinar para el hospedaje, los gastos de comida, la vestimenta adecuada y un extra para imprevistos. No, estos muchachos, en la Venezuela actual, no la tienen fácil.Sin embargo, no se dieron por vencidos. Desconozco cuántas rifas o recolectas tuvieron que hacer para poder llegar a Boston. Hoy es costoso, incluso, planificar un viaje a mi amada isla...

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