Venezuela made in China

Televisores, equipos de sonido, electrodomésticos, computadoras, tabletas y celulares; jeans, vestidos, franelas, blusas, camisas de equipos de fútbol, zapatos de goma, de tacón o casuales; carteras, relojes, pulseras, zarcillos, peinetas y juguetes; fajas, prótesis mamarias, extensiones de cabello, uñas acrílicas; repuestos para carros y motos; paneles solares y hasta plantas eléctricas: los container de productos importados son un museo del consumo del venezolano. Muchas de las mercancías han recorrido al menos 18.000 kilómetros desde Cantón o Guangzhou, en chino, una ciudad al sureste de China en la que está enclavado uno de sus más grandes conglomerados industriales. Los empresarios venezolanos se acercan cada vez más a ese puerto, una meca de los negocios, en la que se concreta al menos 45% del comercio internacional del mayor exportador del planeta. Una ambición que no está exenta de riesgos que van desde el desconocimiento del idioma hasta posibles timos con cuentos chinos. Sin embargo, las dificultades para producir en el país, además de una vocación importadora que se ha perfeccionado los últi mos años, animan a muchos a sumarse a la...

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