Lo que Venezuela nos muestra

El triunfo de la oposición venezolana y, más que ello, la derrota del chavismo y el multitudina rio rechazo a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Tibisay Lucena ha sido la gran noticia.Hubo otra noticia que ocupó espacios más secundarios: el precio del crudo venezolano cerró la semana pasada a 34,05 dólares. Y ello tiene mucho que ver.A Maduro se le pueden criti car muchas cosas, pero quizás su mayor pecado fue el de mejorar y fortalecer la imagen de Hugo Chávez, con aquello de que malo vendrá que bueno te hará ser. Es un hecho que con estos valores del petróleo poco hubiera hecho el fundador del chavismo que gozó de precios de 130 y 140 dólares, y más, el barril. Con tanta plata dulce era fácil imponer un carisma, comprando barcos y armas a España y a otros países de la UE; facilitándoles negocios en Venezuela a las empresas brasileñas, patrocinadas por Lula y viceversa; firmando acuerdos de alcances desconocidos con Rusia, China e Irán, financiando la economía cubana; subsidiando el petróleo a países de Centroamérica y el Caribe; comprando empresas ineficientes o quebradas en Costa Rica y Uruguay y ayudando y colaborando solidariamente, con muchos petródolares de por medio, a sindicatos, movimientos populares y a periodistas y prensa amiga militante y obediente y autoproclamada progresista.La herencia que reciben los venezolanos es la de Chávez y Maduro. La del chavismo. Y es una herencia terrible.Por eso el dilema no es ganar, sino hacerse cargo. En el caso venezolano, además, el panorama es caótico, porque la mayoría repudió al chavi-madurismo, pero este sigue en el poder.La victoriosa oposición vene zolana tiene un arduo sendero para recorrer y deberá hacerlo muy unida. El chavismo no está vencido; está herido, muy malherido, pero sigue en el poder y con las garras afiladas.El desastre económico influ yó mucho en la decisión de los venezolanos, pero la unidad mostrada esta vez por la oposición fue también determinante.No se debe ignorarlo. Que nadie se encandile, todavía falta mucho.El neoprogresismo populista y autoritario se resiste a dejar el poder. Tampoco hay que ignorarlo...

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