Venezuela en transición II

Decíamos la semana pasada que el gran obstáculo que representaba para Hugo Chávez el origen electoral de su mandato quedó en gran parte superado con la entrada en vigencia de la Constitución de 1999, redactada por la mayoría abrumadora de chavistas, que ocupaban 124 de los 131 escaños de la Asamblea Nacional Constituyente. Ese paso, sin embargo, no era ni remotamente suficiente para satisfacer las necesidades que le imponía su proyecto. Para conquistar esa cima, todavía muy distante que se asomaba en el horizonte de su sueño revolucionario a la cubana, era imprescindible proceder de inmediato a la aprobación de un cuerpo de leyes y de decretos-leyes que transformaran, de manera radical, los fundamentos ideológicos y funcionales que hasta ese día definían la estructura del Estado y de la sociedad, en el marco de una legalidad democrática que ahora era preciso sustituir por otra. El primer error de Chávez fue no comprender que los mangos aún no estaban maduros. Mucho menos que los ciudadanos de a pie, sin necesidad de los viejos y desmantelados partidos de la llamada Cuarta República, pudieran reaccionar como lo hicieron. Primero contra la reforma educativa bajo el lema Con mis hijos no te metas y, después contra el paquete de decretos re dactados en secreto al calor de la Ley Habilitante de aquel año. Estas protestas culminaron trágicamente el 11 de abril del año siguiente, con la marcha de más de medio millón de venezolanos, convocados por las nuevas fuerzas políticas de la oposición, la CTV, Fedecámaras y los medios de comunicación, con el auspicio de los partidos políticos y de la Iglesia católica, para exigirle a Chávez su renuncia. Chávez cometió entonces su segundo y más dramático error. En lugar de ordenar una retirada táctica y eludir con esta maniobra la contundencia que estaba adquiriendo la protesta civil, pensando quizá que Fidel Castro había aprovechado el desembarco militar de sus enemigos en Bahía de Cochinos para implantar en Cuba de repente un régimen comunista al estilo soviético, decidió precipitar los acontecimientos y acelerar el estallido de la crisis política y militar que se venía gestando. En primer lugar, nombró una nueva y roja rojita junta directiva de PDVSA; después, cuando la oposición convocó una manifestación para repudiar el desafuero, el domingo 7 de abril, en su programa Aló, Presidente, utilizó el...

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