El verdadero peligro de Aponte

El modelaje es la forma más poderosa de enseñar conducta social. Los niños, mediante la observación e imitación del comportamiento de los padres, aprenden a ser humanos; internalizan hábitos, normas y habilidades que luego reproducirán, matizados por los aportes de su propia experiencia y reflexión. En la vida moderna los referen tes públicos compiten con los familiares como fuente normativa. Los muchachos internalizan los valores que transmiten los personajes públicos. Y mientras menos estructurada es su familia, más sensible es un chamo a la influencia axiológica de los mo delos extrafamiliares. El guapetón del barrio, un personaje público en el ámbito comunitario, se convierte en un modelo a seguir. Compite y derrota al maestro de la escuela como encarnación del deber ser: un educador subpagado, atracado mil veces, en un carrito destartalado no tiene nada que buscar frente al hampón armado, con plata y carro nuevo que cambia a diario. Lo mismo pasa con personajes de películas y novelas: transmiten conductas moldeadoras, la vara para medir lo que está bien y está mal. Esos ejemplos de origen fami liar, comunitario o público impactarán más en una sociedad en proporción directa a su nivel de estructuración e institucionalización. Las sociedades menos institucionalizadas procurarán rellenar con liderazgo sus vacíos normativos. Mientras más débil es una sociedad más tiende a liderazgos fuertes y más busca modelos que inspiren y orienten el alma colectiva. Y más poder constructivo o destructivo tienen esos modelos. José Antonio Abreu es un mode...

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