Los verdaderos recogelatas

Ser latero y millonario, por paradójico que parezca, es posible. En esta triste Ve nezuela de hoy, es común encontrar lateros corruptos en el gobierno mientras sus humildes pares, literalmente, sobreviven recogiendo latas y basura en las calles.Una camioneta Toyota obte nida por corruptos de un gobierno se transforma en una lastimosa lata rodante donde viajan choros sinvergüenzas.Mientras, en un mundo paralelo, existen execrados de la sociedad quienes descubren tesoros en latas vacías.El otro día, merendando en una panadería, compré un refresco en lata. A mi lado había un señor que no dejaba de mirarme. Pensé que era un viejito de aquellos que hacen enormes colas para cobrar una merecida pero chucuta pensión. Ofrecí brindarle un cachito y un café.No respondió. Continuó mirándome. Incómodo, decidí irme con mi refresco en la mano.Mientras caminaba, sentí que alguien me seguía. Era el viejito. Me detuve y le ofrecí dinero.Lo rechazó.--Yo no robo ni pido limosna dijo mientras señalaba mi lata de refresco.--Ahhh... ¡Usted quiere un refresco! El viejito asintió y extendió su mano pidiendo la lata. Se la entregué. La recibió, la volteó y tiró hasta la última gota. Lue go, cuando estaba vacía y con la delicadeza con la que un joyero toma una alhaja, la colocó en el piso como un niño haría con un carrito nuevo. Para mi sorpresa y con un ágil movimiento de artes marciales...

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