Vergüenza imperdonable

En 1992, oficiales de rango medio irrumpieron en el curso de la democracia venezolana ha ciendo uso indebido de armas de la patria para asesinar inocentes soldados y engañar a otros sin declarar el justificativo de su operación.La determinación de los oficia les leales al juramento de ser defensores de la Constitución se impuso sobre el atrevimiento de un grupo que pretendió tomar el poder con la intencionalidad de entregárselo a fuerzas extranjeras e ideologías extremas.Ese lamentable evento dio ori gen a una visión militarista del ejercicio del gobierno. Por alguna oscura razón ese hecho criminal fue condonado por un gobierno que no supo interpretar la gravedad de las indulgencias, ni prever las consecuencias de sus perdones.Apareció la bota militar en Mi raflores. Hoy, a pesar de susti tuir el uniforme por chaquetas y franelas rojas, o arroparse en la tricolor, apreciamos como casi tres cuartas partes de la dirección del Estado; gobierno central, local y administración de empresas incumbe a militares.Mucho tiempo ha pasado des de que bajo el soberbio samán de Güere se pronunciara un juramento que hoy está más enterrado que el cuerpo de su inventor; un juramento que, dado el supuesto, enderezaría el rumbo gubernamental para erradicar la corrupción y retomar la soberanía en nuestras industrias básicas. Nada más remoto de lo que han hecho.Muchas promesas hicieron, tantas que ilusionaron a una porción de votantes y de acuerdo con las leyes vigentes se les entregó la conducción del gobierno. Haciendo uso de esas ilusiones y del desconocimiento de los personajes que aparecían por...

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