La versatilidad de Ruddy Rodríguez

Ese paradigma de la belleza templada (un cuerpo siempre gobernado por la armonía e infranqueable para el exceso) que quisiera llevarle a su esposo, el rejoneador colombiano Juan Rafael Restrepo, es el caballito rampante que frena sobre una mesa en el lobby del hotel Renaissance Caracas. Esa mujer ocupadísima que viene de Bogotá a inaugurar su centro de belleza Tres en uno en el Centro Sambil y cuya inseparable compañera en la capital venezolana, Audrey Cabrera, asegura disponer de 1,5 millones de ejemplares del libro Camino a la felicidad, con la carita de Ruddy en la portada, listos para ser repartidos. Ella, que es todo "florecer y prosperar", el precepto número 21 que cierra el folleto, el que Ruddy ha escogido representar. Ella envejecerá 40 años y protagonizará la primera de una oleada de películas de un género que a todo cineasta venezolano le había pasado por la cabeza, pero con el que nadie hasta ahora se había atrevido por miedo (al fracaso, al ridículo o a lo incorpóreo): el terror. Ruddy Rodríguez saca un frasquito con resveratrol, ácido fólico y complejos de vitamina B-1, E y C. Primero se tomará las pastillas duras, y dentro de un rato, las cápsulas gelatinosas. "Si no, no hay cuerpito que aguante. Claro que quisiera un día de 28 ó 36 horas. Pero yo me divido. Cualquier persona puede ser tan activa o tan pasiva como quiera. No puedo ver cómo la vida pasa. ¡No! Tengo tiempo de ver el pájaro y el paisaje, pa' estar con mi marido, pa' estar además sexualmente con él, pa' El camino a la felicidad y mi carrera. Soy como Quién quiere ser millonario: tengo las opciones A, B, C y D, o todas las anteriores. Y mamita tiene que resolverlo ella solita", se jacta de su suficiencia. La casa del fin de los tiempos, ópera prima de un director de apenas 27 años de edad y rodada casi totalmente dentro de Castillete, la quinta de la urbanización El Paraíso donde vivió Pedro Estrada, el director de la Seguridad Nacional de la dictadura perezjimenista siniestramente inmortalizado en la telenovela Estefanía, se estrenará en junio de 2013 y será protagonizada por Ruddy en un papel bautizado con ironía: Dulce. Una madre de 45 (los que tiene la actriz) acosada en 1981 por apariciones sobrenaturales dentro de su hogar y que, luego de cumplir la pena máxima en la cárcel, regresa cuatro décadas después como anciana amargada para decapitar el misterio. "La antagonista principal de Ruddy es la casa", revela Alejandro Hidalgo, el cineasta debutante. Para los...

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