Las vías pacíficas se anulan en Piedra, papel o tijera

Luis, un niño de 7 años de edad, prepara como asignación escolar una cadena alimenticia que imita en escala a una ciudad como Caracas: hay depredadores, carroñeros y víctimas. El hecho de que falte un animalito, y de que Luis deba regresar a la casa a buscarlo, es el aleteo de una mariposa que cataliza un huracán de acontecimientos incalculables y conecta aciagamente a dos familias: una que vive atrincherada en su falso oasis de clase media y otra acorralada por una banda criminal en un cerro. Como en el juego de manos de piedra, papel o tijera, los factores que pudieran conducir a una solución pacífica se neutralizan unos a otros. Piedra, papel o tijera denun cia la violencia en una ciudad que el director Hernán Jabes también realizador del videoclip Rotten Town de Onechot, además de la película Macuro diagnostica como una sociedad enferma, lo que incluye la agresión a una persona de edad madura que sufre de mal de Alzheimer y que es la criatura más pura y quizás más sensata del filme. Con ese personaje quise mostrar, precisamente, a una parte de Venezuela que está llena de inocencia...

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