La viciosa cuadratura del círculo

Todo comenzó a mediados de mayo, a un mes apenas de haberse instalado Nicolás Maduro en Miraflores, cuando, para sorpresa de todos, el cuestionado presidente sostuvo una reunión de trabajo con Lorenzo Mendoza.Un día antes había advertido que la cita era para decirle al empresario cuatro verdades en la cara, pero dos días más tarde, desde Barinas, señaló que su encuentro con el más emblemático representante de la burguesía fascista, encuentro que según el vicepresidente Jorge Arreaza y el ministro de Finanzas, Nelson Merentes, no fue la escaramuza previsible sino una reunión franca y sincera, podría resumirse en una frase más bien insólita: Tú, Mendoza, a producir, y yo a gobernar. Esta glosa criolla de la fórmula clásica de darle a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del Cesar, adaptada a la realidad venezolana del momento, se refería a la muy particular modalidad de cooperación que el chavismo aspiraba a desarrollar entre los empresarios privados y el Estado socialista. Algo así, escribí por aquellos días, como ustedes a producir sin interferencias del Gobierno simple y duro capitalismo salvaje y nosotros a lo nuestro, sin amenazas golpistas... y sin intermediarios políticos de oposición, claro está innecesarios. Un entendimiento limitado a los intereses económicos y comerciales de ambas partes, y por lo tanto insuficiente para abordar un proceso de transición política deseado por media Venezuela, pero que a fin de cuentas permitía abrigar la esperanza de que a corto o mediano plazo podría ampliarse y desembocar en la aplicación de un modus vivendi entre el Gobierno y la oposición.Desde ese día se ha venido ha ciendo más palpable la ilusión de un diálogo restaurador de la normalidad democrática. Ahora, sin embargo, ese anhelo parece haberse hecho puro humo. No se trata de que durante estos dos meses dejaran de escucharse descalificaciones verbales, insultos y amenazas, pero uno pensaba que esas voces disonantes eran simples recursos tácticos para mantener la guardia del oficialismo más radical en alto. La cosa, sin embargo, parece que es mucho más sencilla, menos elaborada.Que el verdadero propósito del Gobierno nunca ha sido otro que el señalado por Maduro en su entrevista con Mendoza. Que el único entendimiento factible es de acuerdo con la división del trabajo pactada con el grupo Polar entonces y que la guerra del Gobierno contra la oposición es y seguirá siendo a muerte. Vaya, que lo que pueden realmente...

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