Una vida secreta

En un semicírculo de 180 grados, el balcón se abre al nivel de las copas de un bosque de mangos, palmeras y otros árboles frondosos. Abajo, está el bello jardín con sus caminerías trazadas con arquitectónica sensibilidad paisajística.Lámparas esféricas agrupadas de a tres en cada poste iluminan no solo al jardín sino a los propios árboles, confi riéndoles en las noches un aspecto de radiante fantasmagoría.Hay una vida que se agita den tro del espeso follaje de los árboles y se evidencia cuando un brusco remover de sus ramas rompe la verde serenidad de la copa y surge una ardilla suspendida milagrosamente sobre la rama del mango o en lo más alto de los otros árboles.Aparecen mariposas amarillas revoloteando como si no supieran sostenerse en el aire y hay pájaros, trinos y tal vez algún murciélago cruzando la noche.La inagotable vida del árbol se emparenta con la inmortalidad. Si nos detenemos, como los simbolistas, a considerar que sus raíces deben corresponder a su altura es aceptar que el árbol conduce una vida subterránea desde el corazón de la tierra, donde se encuentra el infi erno, hacia el azul del cielo y dentro del entramado de su denso follaje se oculta una vida secreta que se asemeja a la de algunos humanos. Añoro la que allí se remueve porque es la que habría deseado para mí puesto que llevo años tratando, sin lograrlo, de escuchar el rumor de los árboles cuando no sopla el viento. Me consuela saber que hay monjes zen que dan vueltas al mundo sin salir de sus celdas porque lo hacen no a través del sueño sino a través del pensamiento afi nando la sensibilidad y alimentándolo con profundas meditaciones sobre el misterio de la existencia y pasan toda su vida esforzándose por escuchar el sonido de una mano, algo impensable en el hombre de Occidente.Descubrir la vida secreta de la copa de los árboles que observo desde el balcón que, a su vez, está sembrado de plantas que dan fl ores de color lila, rosa y naranja, equivale a postergar y a sosegar a la muerte porque me fortalece esa vida que se mueve en la rama frágil que, sin embargo, soporta y se...

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