Un vino para beber el sol andaluz

Es primavera, el sol estalla generoso y diáfano sobre Jerez de la Frontera al sur de España y los 40 grados centígrados derriten hasta los malos pensamientos. Pero nadie parece inmutarse con ese detalle climático. Una elegantísima avanzada de mujeres andaluzas, con sus siluetas entalladas en vestidos de gitanas y la cabellera doblegada en estrictos moños, avanza firme a la Feria de Jerez. En una mano llevan el abanico. En otra, el Blackberry. Quizá sólo ese detalle anuncie que estamos en 2012 y no tiempo atrás cuando comenzó la Feria del caballo, una fiesta multitudinaria que se celebra cada mayo desde la Edad Media, con sevillanas hasta el amanecer, cantidades ingentes de vino de Jerez, la prestancia de las carretas de caballos y la elegancia y salero que debe tener una patente propia en esta tierra andaluza. No en balde, a su vino blanco lo llaman Fino. Tras el umbral de la feria, coronada de luces y sobre el suelo de polvo, avanzan los tacones decididos de las andaluzas. En las distintas casetas se beberá el vino fino de la región, quizá mezclado con soda en el bien extendido trago bautizado Rebujito. Sólo de Tío Pepe, el vino jerezano más extendido en el planeta, se beberán 12.000 cajas en la semana de la feria. Por ello su nombre está presente hasta en las grandes macetas de flores encarnadas. A los hombres también les toca su cuota de elegancia y corbata, más aún cuando cae la noche. Allí aguardarán, inmunes al sol, de sombrero e impecable chaqueta, los conductores de carretas de caballos, para pasear a las visitas que no abandonarán la feria sino hasta la madrugada. Y volverán impecables al día siguiente, por una semana.

Las bodegas del Jerez. Este año Maribel decidió mandarse a hacer un vestido blanco de andaluza, estuvo en la feria como corresponde y temprano en la mañana recibe, menuda y enérgica, a las visitas que llegan a las imponentes bodegas de González Byass en Jerez, donde ella trabaja desde hace 12 años. Ella tiene su receta contra el posible agotamiento y, por lo visto, le funciona. "El cansancio se quita con una copita de Jerez", dice con el definitivo acento andaluz, que pareciera terminar cada frase con un tácito "¡Ole!" En ese territorio, de tamaño e historia generosa, revela varios asombros de la casa. Esa compañía, de dimensiones enormes y ahora propietaria de varias bodegas en España, comenzó en 1835 en manos de la misma familia que aún la dirige desde su quinta eneración. Manuel María González, el pionero de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR