Vinotinto, universidad y paparazzi

I.Me habría gustado llenar las dos cuartillas de hoy refiriéndome a la Vinotinto. Hablar del balde de agua fría que significó el 1 a 0 frente a Uruguay, responsabilidad del golazo de Edinson Cavani. De cuán comprometida se encuentra ahora su participación en el próximo mundial, visto que pasa a depender de una carambola aritmética, azar con cara de milagro. Hablar de si había razón para tanta ilusión, si no hubo desmesura mediática y si Farías no pecó de optimista. Examinar, pues, si esta posible eliminación hinca su explicación en las aún muy deficientes estructuras del fútbol nacional y, así mismo, calibrar cuáles podrían ser las consecuencias sobre nuestro balompié. Y, yendo un poco más allá, habría querido reflexionar sobre cómo ha digerido el país la derrota de su selección, hoy en día convertida en una suerte de metáfora de la patria, raro espacio común en el que los venezolanos engavetan momentáneamente sus diferencias.II.Debo, sin embargo, hablar de la actual crisis universitaria, repitiendo lo que otros han dicho, lo que yo mismo he escrito, lo que seguramente usted ya sabe. Es que en este caso, la redundancia es una obligación política. Debo decir, por tanto, que desde hace al menos siete años y a pesar de los precios del petróleo las universidades públicas funcionan a media máquina debido a un dé ficit financiero que sólo les permite subsistir, sin poder ver un poquito más allá del día a día a fin de planificar las actividades de docencia, investigación y extensión. Decir que los profesores se encuentran absurdamente mal pagados, que la planta docente y ni hablar de la de investigación se está envejeciendo, sin que aparezcan los jóvenes que quieran reemplazar a los que se van.Decir, en suma, que los recursos económicos no dan para tener la universidad que los estudiantes requieren y merecen.Me veo, pues, en la necesidad de señalar que desde el Gobierno se encara mal el problema universitario. Mal al mirarlo desde el prejuicio ideológico, en desuso, por cierto, en todo el planeta, incluso en países que nuestros gobernantes ven con simpatía política. Mal por no aceptar que la libertad y la pluralidad de pensamiento constituyen su médula y no admitir que las universidades oficiales representan un despropósito conceptual. Mal por no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR