Virginia Ramírez dibujó la Navidad con jazz

Virginia Ramírez canta como habla. Es una voz dulce, maternal, que se ajusta a la música decembrina. A pesar de que lleva varios años cantando, es la primera vez asume ese rol en un estudio de grabación. La ocasión: un álbum titulado Jazzguinaldos, que será pre sentado el próximo miércoles en un escenario poco habitual para la movida caraqueña, el restaurante Espacio Ávila, en Galipán. La producción más recien te de Ramírez, Manos y alma 2009, fue una demostración de sus habilidades pianistas y su capacidad para inyectarle jazz a los géneros de raíz, y viceversa. A esa le precedió su álbum debut, Espiral de fuego 2005, que fue elogiado por luminarias como Otmaro Ruiz, Gerry Weil y el fallecido gestor, locutor y crítico Jacques Braunstein. El disco navideño está dedi cado a su padre Asdrúbal Ramírez Contreras, con quien la artista comenzó a entonar melodías desde pequeña. Yo empecé a hacerlo en casa porque mi papá era cantante de música popular venezolana. Él tocaba la guitarra y el cuatro, y yo cantaba con él temas como Ansiedad o Alma llanera. Después me dediqué al piano y dejé eso de lado. Así que hace varios años rescaté esa inquietud y desde entonces me he presentado en cafés, fiestas y locales como Juan Sebastián Bar. Jazzguinaldos es un compila do de composiciones de Enio Escauriza, salvo una ÂEn esta Navidad que es autoría de Frank Quintero. Piezas como Hay Navidad, Un pesebre y Niño chiquito salieron de su incubadora natural para adoptar un lenguaje contemporáneo, gracias a los arreglos de la pianista y del propio Gerry Weil, quien es uno de...

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