Visita indeseable

Por los resultados y el lenguaje empleado nos hemos dado cuenta de que lo que el mandatario Ni colás Maduro y su ministro de malos modales han venido denominado gobierno de calle pareciera ser más de casa de vecindad o lo que las abuelas llamaban, con un dejo de repugnancia y asco, hacer la calle. También se da un aire a los botiquines de mala muerte que tenían en la puerta un letrero que prometía ambiente familiar, y era precisamente lo menos que se encontraba el que se atrevía a traspasar la puerta batiente o la cortina de lágrimas de san Pedro.En la visita hecha el lunes al es tado Amazonas y transmitida en cadena de radio y televisión, por lo que Conatel y los entes dedicados a la conservación de la memoria audiovisual de la nación deben guardar el video, Maduro Moros empeoró su propia marca, no en confusiones geográficas tan naturales entre los que abandonaban el aula de clases para irse a tirar piedras y a tratar de hacer peso para hundir el sistema, sino en su manera de agredir al prójimo. Si las creencias que Maduro pregona no tienen el carácter meramente propagandístico de los letreros de los bares de ficheras, luego de decirle todo lo que le dijo a Liborio Gua rulla, lo menos que debió hacer fue lavarse la boca con creolina y rezar el Yo pecador sopotocientas veces, y de rodillas sobre granos de maíz.Hasta ese día hubo esperanzas de que Venezuela podría encausarse por el sendero del respeto al adversario, en el cual se hable con franqueza y utilicen las palabras en su natural crudeza, y sin los eufemismos con que manipulan en otras latitudes. Quedó claro que predomina el lo que somos...

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