Votos y crisis de legitimidad

Con razón o sin ella, hasta el día de hoy, el resultado más claro de la jornada electoral del 14 de abril es la sospecha de fraude. Una especificidad que le arrebata su credibilidad a los resultados ofrecidos esa noche por el CNE y pone en serio peligro la gobernanza del país.Esta es la raíz de un conflicto político que no hubiera estallado si la solicitud formulada por Henrique Capriles de recontar todos los votos, aceptada la misma noche de las elecciones por Nicolás Maduro, la hubiese acogido de inmediato el árbitro electoral. En este sentido, vale la pena recordar que, junto con Maduro, Jorge Rodríguez aplaudió con entusiasmo que su candidato aceptara la propuesta de Capriles.¿Qué pasó después? ¿Qué nove dad se interpuso entre la opinión inicial de Maduro y lo que lamentablemente ha venido ocurriendo desde entonces? El misterio que encierran estas interrogantes le añaden tanta leña de la buena al lacerante fuego de la incertidumbre que Santiago Cantón, actualmente director del Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos, coincidió con Capriles y con el Maduro de la noche del 14 de abril al sostener hace una semana que es necesario realizar el conteo total de los votos, con la presencia de veedores de los partidos políticos y de la sociedad civil, para despe jar dudas sobre el resultado electoral y darle legitimidad al nuevo gobierno.Diversos factores han contribui do a agravar la situación. Ejemplos: las incesantes imprudencias verbales de Maduro y sus hombres de mayor confianza, entre ellos el ministro de Defensa, quien días antes de las elecciones les ordenó a los componentes de la FANB votar por Maduro.Por otra parte, porque, en lugar de abrirse a un diálogo conciliador, insistió tercamente en dividir aún más a la sociedad venezolana acusando a todos quienes le adversan de formar parte de una conspiración fascistoide cuyo rebrote amenaza de nuevo a la democracia en Venezuela. A ello debemos añadir la personal y muy grosera confrontación de Maduro con Perú y España, la acusación de que Álvaro Uribe planifica su asesinato y la agudización de su desencuentro con Estados Unidos, enemigo estratégico del proceso chavista desde el primer día. La escalofriante golpiza a los diputados de la oposición no dejó en el ánimo de nadie la menor duda sobre la exacta visión estratégica de país que tiene Maduro en este instante.Por supuesto, la oposición apro vechó la desconfianza de la mitad de...

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