Wen: líder pobre o pobre líder

A lo largo de una década fueron muchas las veces que Wen Jiabao se pronunció con énfasis sobre los temas relacionados con el avance a la democracia, el respeto a la institucionalidad y a las libertades individuales sin que se haya producido nunca un Paripassu en el manejo de la dinámica china en esos campos durante los largos años de su administración.¿Cuántas veces habló de democracia y de sociedad armónica sin que el país consiguiera avanzar un ápice en alcanzarla? Es así como en la víspera de su salida del poder, Wen deja un legado de incongruencias a su sucesor y termina su mandato siendo percibido como un funcionario de buenas intenciones, de ideas algo progresistas, sin que ellas fueran acompañadas con ejecutorias que las sustentaran. Sus detractores lo han considerado en su vida pública apenas un buen actor.Tampoco en el terreno económico el gobernante consiguió generar una percepción de coincidencia entre lo que decía y lo que finalmente hacía o lograba. No era un ejecutor, no pasaba de ser un formulador. Su credibilidad terminó severamente dañada por esa incapacidad de llamar la crisis por su nombre o por prometer más de lo que podía extraer de la compleja circunstancia externa e interna que envolvió a su país en los últimos años de su gobierno. Sus planes y propósitos económicos de recuperación y de consolidación de progreso no pasaron de ser simples esloganes utilizados para provocar apego o admiración por parte de la población o para dar satisfacción a sus iguales en el seno del Partido Comunista.Su alocución de entrega del cargo ante el Parlamento, que comprende una anticipación al devenir futuro del país sobre la base de lo alcanzado hasta el presente, deja el mal sabor de lo que el político...

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