El yoga se adueña de parques y jardines

Para saber que la práctica de yoga al aire libre está en pleno auge no hace falta ser investigador social. Simplemente hay que acercarse los fines de semana en la mañana al Parque del Este, al jardín botánico o al Ávila para comprobar cómo cada vez más caraqueños se suman a esta iniciativa en la que lo único que rompe el contacto con la naturaleza es la esterilla en el piso. Instructores profesionales de yoga explican que los ejercicios respiratorios, estiramientos y posiciones características de esa disciplina milenaria se refuerzan cuando son realizadas al aire libre. El sonido de la naturaleza mejora la concentración y potencia los beneficios que el yoga tiene en el organismo, asegura Elina Phillips, instructora que cada sábado a las 8:30 am imparte clases gratuitas en el jardín botánico. Robert Moros, que es maes tro de yoga shiva yoghi, asegura que el beneficio más notable del contacto con la naturaleza es el aprovechamiento que el cuerpo puede hacer del oxígeno presente en el aire puro en comparación con el frío aire acondicionado de un gimnasio. Yoga es también aprender a manejar la respiración. El ambiente natural brinda mucha paz y tranquilidad, y eso mejora no sólo el ejercicio de inhalar y exhalar, sino también la elasticidad necesaria para ejecutar movimientos lentos y profundos, afirma. Precisamente en ese tipo de movimientos se focaliza el hatha yoga, que es la variedad con mayor presencia en occidente y la que más se practica en el país, de acuerdo con ambos instructores. Posiciones que, en apariencia, pueden parecer complicadas, no lo son tanto cuando se dedica el tiempo y paciencia necesarios a su aprendizaje, asegura Francisco Santana, maestro de la...

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