La octavita de Yordano

El disco Negocios son negocios, que fue producido por Jorge Spiteri en 1982, pasó inadvertido en el momento de su publicación. El país llegó a enterarse de la existencia de un tal Giordano Di Marzo dos años después, cuando volvió a probar suerte, ya con su nombre castellanizado a Yordano. El álbum homónimo de 1984, en el que colaboraron artistas como Ilan Chester, Guillermo Carrasco y Ezequiel Serrano Âque asumió el papel de productorÂ, le abrió las puertas del éxito. No fue un disco cualquiera, de esos en los que se escogen tres o cuatro canciones y el resto se desecha. Si por el lado A sonaron Bailando tan cerca, Aquel lugar secreto, Algo bueno tiene que pasar y No queda nada; el B todavía guardaba hits como Hoy vamos a salir, Manantial de corazón y No voy a mover un dedo. Aquella selección de cancio nes que sufrieron la suerte del principiante Âlas de 1982 ya llevaban la etiqueta del cantautor: letras poéticas sobre romances citadinos envueltas en una melodía pop con matices caribeños. Entre ellas se escondían varias joyas que Yordano rescató, como es el caso de Perla negra y Días de junio, que fueron reeditadas como parte del disco Jugan do conmigo 1986, que salió al mercado después de que el músico había logrado captar la atención de muchos. Cuando atendió el teléfono, Yordano estaba resolviendo los últimos asuntos pendientes antes de viajar a Panamá, un mercado que le abrió las puertas nuevamente gracias a su álbum El deseo 2008. El martes cerrará un ciclo que comenzó el 1º de septiembre de 2009, cuando reunió a 200 personas en la sala de conciertos del...

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