En zona de castigo aíslan al líder opositor

Ayer fue día de visitas en la cárcel de Ramo Verde. Mujeres esperaban desde temprano, con bolsas de comida, para acompañar a sus esposos, familiares o amigos. Las que no llevaron nada podían comprar hamburguesas a 70 bolívares en el cafetín del piso 1. Algunos reclusos jugaban en una mesa de pool, otros conversaban en las sillas de los pasillos. En cada esquina, una Virgen observa. La seguridad del recinto es más estricta de lo usual, según algunos visitantes. Todos saben por qué. Los acompaña alguien de quien no dejan de hablar: Leopoldo López.

Su presencia se siente. A López no lo ha visto ningún preso, pero todos saben dónde está. Antes de que llegara al recinto los guardias llevaron pintura, bombillos, un lavamanos y una poceta a las celdas de la zona de castigo, que los reclusos llaman “tigrito”. López está en la zona de castigo de Ramo Verde, en un “tigrito VIP”, se asegura. Se trata de un anexo que está al lado de la cárcel de tres pisos.

El dirigente está totalmente aislado, nadie ha podido comunicarse con él. Dos guardias custodian la reja de entrada a ese anexo. Es la misma zona donde se aloja el personal de custodia e inteligencia.

Al coordinador nacional de Voluntad Popular solo tienen acceso sus padres, Leopoldo López Gil y Antonieta Mendoza, y su esposa, Lilian Tintori. Aparte de ellos, únicamente lo han visto, cuando lo llevaron a Ramo Verde, la ministra de la Defensa, Carmen...

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