Zona de impacto

Vivimos en la representación jánica de dos realidades simultáneas: por una parte asistimos al momento más estelar de la humanidad: los valores de la democracia parecen haber triunfado en Occidente, el respeto a los derechos humanos es una precondición en el trato ecuménico y el progreso nos está haciendo vivir más y mejor. Nunca habíamos contemplado con tanta satisfacción este avance desde nuestra atalaya superior. Por otra parte el radicalismo no occidental y premoderno de origen teocrático se enfrenta con todo aquello que no lo siga. Una de las conquistas de la modernidad es la definitiva separación entre Iglesia y el Estado: haberle dado vacaciones a Dios sin fecha de regreso. Esto, que para un occidental resulta inmodificable, para el integris ta islámico aferrado al dogma incuestionable del libro sagrado parece incomprensible.Nadie en nuestras sociedades toleraría la intervención de la iglesia en cuestiones civiles.París, Bruselas, Lahore. Tres atentados idénticos y criminales contra la idea luminosa de Occidente que consiguen que perdamos la sensibilidad ante el asesinato en masa. Cada día al ingresar en las noticias ya nada suena del todo funesto porque el mundo ha convertido la tragedia en titular de rutina.El terrorismo es la forma más vil de la oscuridad.El estudio de la historia nos ayuda a mantener la memoria fresca porque el olvido se viraliza a diario. Recordar es una forma de honrar lo apreciado de nuestra condición humana. En estos...

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