Camino de investigación y comprensión

AutorAlejandro Moreno Olmedo
CargoCentro de Investigaciones Populares
Páginas81-104
Dep. Legal ppi 201002Z43506
Copyright ©2011
Interacción y Perspectiva
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Agradezco de todo corazón a la Universidad del Zulia, la
universidad LUZ, y a los amigos que se han interesado en mi obra el
homenaje que me han tributado y la oportunidad que me dan aquí y
ahora de presentarla a un público tanto el para mí cercano y
entrañable, como el más amplio al que pueda llegar esta publicación.
Mis palabras van encaminadas, por tanto, a esbozar una síntesis
de mi recorrido intelectual e investigativo centrado en mi compromiso
vital con el pueblo venezolano.
Para este esbozo de resumen y presentación he espigado de aquí
y de allá entre algunos de mis artículos y ensayos ya publicados o en
proceso de publicación pues entiendo que se trata de dar a conocer lo
esencial del trabajo ya hecho como punto de partida indispensable para
futuras posibles comunicaciones.
Lo primero que tengo que decir y como apertura, es que mi
investigación no partió de una preocupación académica ni solamente
científica, sino de la vida, de la necesidad de comprender a fondo la
vida que estaba viviendo en mi comunidad y la de esa misma
comunidad.
Esta experiencia, todavía en marcha, comenzó hace ya treinta
años cuando fui llamado no para actuar como psicólogo ni como
investigador, sino para ejercer mis funciones sacerdotales de manera
absolutamente circunstancial, decir misa un domingo, en el barrio Las
Zanjas que es el pseudónimo con el que he bautizado a dicha
comunidad en mis publicaciones.
Las circunstancias me llevaron a convertir esa acción de
transitoria en permanente y de puntual en integral. El resultado fue que
me puse a vivir en el barrio en una casita de bloques sin frisar y de
techo de cinc como lo eran y lo son la mayoría. Las primeras noches las
Inte racción y Persp ectiva
Revis ta de Trabaj o Socia l
2011 Vol. 1 n° 2 pp. 81-104
SEMBLANZA
Alejandro Moreno Olmedo
Centro de Investigaciones Populares
Camino de Investigación y Comprensión
Recibido 17-02-11/ Aceptado 22-03-11
Correo electrónico: ciporama@gmail.com
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pasé solo, acompañado por las ratas. Como anécdota puedo decir que
esa poco agradable compañía me fue muy útil algo después.
Experimenté, por ejemplo, los muy variados y extrañísimos ruidos que
produce en el techo una rata cuando se pasea por los listones de
madera bajo el cinc que sobre ellos se apoya. Así, cuando luego alguien
me pedía que le bendijera y rociara con agua bendita su casa porque
un ánima en pena no dejaba dormir a la familia por la noche, sabía de
qué me estaba hablando. Pero supe, además, que la explicación
repetida e ilustrada de mil maneras sobre la realidad “objetiva” del
fenómeno, no cambiaba en absoluto la convicción de la gente. Acabé
bendiciendo y echando agua bendita, no sólo porque al fin y al cabo no
tenía nada de malo en sí, sino porque además mi insistencia bloqueaba
la relación afectiva con ellos que era más importante que la
objetividad. Primera luz roja o primera llamada de atención, si se
quiere: la racionalidad objetiva será quizás muy universal en abstracto,
pero no en concreto y la concreta es la única realidad que se vive.
Muy pronto, sin embargo, ofrecí mi casa para que la compartiera
conmigo a uno de mis colaboradores que vivía con su pareja y un hijo
en una habitación alquilada.
Esta decisión me cambió la vida. Describir el proceso sería largo.
Diré solamente que fue la puerta o la mediación para entrar a otro
mundo. Lo que vivía en casa era como la decantación concentrada de
todo lo que vivía cotidianamente en el barrio, una realidad que no
entendía o mejor, no comprendía.
Entendía ciertamente que las ánimas eran ratas y también
entendía la resistencia al cambio de una mentalidad inveterada, pero
no comprendía en cuanto no tenía las claves para pensar las ánimas ni
construir desde su propia estructura, desde dentro, esa manera de
mentalidad.
Permítaseme otra anécdota, que he contado repetidamente,
porque sirve para comunicar mi desconcierto y el desarrollo en proceso
de una sospecha. La sospecha no se inició en ese momento pero la
anécdota me parece muy clara para ilustrarla.
Una noche regreso de un velorio y encuentro a la señora ante la
puerta de la casa que me dice: “No entres. Pasa directamente al baño.
Te voy a llevar paño, jabón y ropa limpia. Te bañas y te cambias y
luego entras”. Sorprendido, pregunto por qué. Ella me responde: "es
que traes el frío del muerto y mi niño se puede enfermar". Así como
había aprendido a echar agua bendita contra las ánimas, había
aprendido también a obedecer sin rechistar de primeras y dejar para
luego las explicaciones. Mientras me bañaba, elaboré una explicación
Moreno Olmedo/Camino de Investigación y Comprensión

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