Un fenómeno recorre Cuba

En las calles habaneras de Neptuno, San Lázaro, Calzada, Zanja, Línea, Ca lle 23, Galeano, Obispo, Águila, Reina y Monte se cuentan hasta 10 negocios privados en una sola cuadra. Las cafeterías abundan y ya los cubanos desayunan y son sitios de reunión. Existen peluquería y barbería privadas; centros de reparación de celulares, de aparatos eléctricos, lentes, calentadores; ventas de fruterías, verduras. La Cuba de hoy, guardando las distancias y los tiempos, tiene un enorme parecido con los países capitalistas de finales del feudalismo, cuando los pequeños talleres y factorías se multiplicaban por pueblos y ciudades. Los principales indicadores económicos colocan a Cuba muy por detrás de otros países de América y el mundo. Sin embargo, la existencia de un incipiente capitalismo es evidente. Un cálculo conservador, pues no hay cifras oficiales, puede registrar la existencia en La Habana de cerca de 500 cafeterías y alrededor de 300 talleres de diversa índole. Tales desarrollos, sumados a los productores privados agrícolas y de cerdos, vacas, carneros y gallinas; a los prestadores de servicios y demás cuentapropistas Âlos que laboran por cuenta propia en alguna de las 170 actividades permitidasÂ, reflejan una movilidad importante de trabajadores del sector público al privado. Señales de cambio. El 28 de fe brero pasado, Talia González Sánchez, una periodista de televisión muy conocida en la isla, ligada sentimentalmente a Raúl Castro, señaló en una reseña de prensa que en ninguno de los centros de venta del Gobierno, los llamados agros Âlos hay privados y públicosÂ, donde se expenden productos vegetales y animales, había una sola libra de carne de cerdo, mientras que en los mercados de oferta y demanda, los privados, la existencia del producto era evidente. En los mercados regulados los precios son bajos pero no hay inventarios y reina la escasez; mientras, en los de libre intercambio el precio es superior, pero hay abundancia. En el mercado controlado por el Estado, una libra del producto cuesta alrededor de 9 pesos cubanos, mientras que en los negocios privados su precio puede llegar a 70 pesos, de acuerdo con la oferta y la demanda 30 pesos cubanos equivalen a 1 dólar. Rodríguez Meléndez fue fun cionario por muchos años y hoy es propietario de una unidad. Contó que en razón de la caída de la producción de cerdos, entre 5% y 10% anual, el Gobierno se vio obligado a estimular la participación del sector privado. En estos tiempos, afirmó, no...

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