Cuando no hay miedo (ante la Reforma Constitucional)

AutorEugenio Hernández Bretón
Páginas17-20
Cuando no hay miedo
(ante la Reforma Constitucional)
Eugenio Hernández-Bretón
“¿Por qué tú crees que esa gente vive así?
No es por el destino sino por su falta de carácter.
Y uno se salva solo; no lo olvides.”
Rubén Jorge Rodríguez, Unplugged,
Los que cuentan. Una antología,
Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso,
La Habana, 2007.
Escribo estas líneas cuando estamos a momentos de culminar el proceso de reforma
constitucional iniciado a solicitud del Presidente de la República en el mes de agosto de
2007. Hasta este momento han sido muchos los intentos por alertar acerca de las deficiencias
jurídico-constitucionales de la propuesta; las voces que han pretendido alertar acerca de las
mismas, sin embargo, no han sido oídas. Simple y llanamente han sido ignoradas o solo han
servido para encender alguno que otro insulto. Por su parte el poder judicial se ha limitado a
calificar de “inadmisible”, “improponible” o “ininteligible” los recursos de control judicial de
la propuesta. Ninguno ha corrido con suerte, los otros recursos pendientes parece que ya han
perdido su objeto pues la fecha fijada para el referéndum ya está marcada y los electores
están prontos a hacer filas para votar.
El problema que nos presenta la propuesta de reforma constitucional es jurídico, sin du-
da; pero ello es el problema de los abogados. Para el resto de la población el problema es de
vida. Es un problema políticamente complejo. Se trata de la más grave decisión que ha tenido
que enfrentar el país político en los últimos cincuenta años. A riesgo de exceder el límite y el
propósito de esta publicación he considerado un deber dejar testimonio de lo que hemos
vivido en los términos más llanos.
De las cosas que contiene la propuesta original modificada como fue por la Asamblea
Nacional, hay algunos asuntos que vale ser destacados, por supuesto sin negar igual impor-
tancia a todos los demás. En primer lugar, el procedimiento seguido para modificar la Consti-
tución. Se propuso el curso de la reforma, aun cuando se sabía que los cambios propuestos
incidían en la esencia misma de la Constitución. Se buscó el argumento de que por cuanto las
disposiciones contentivas de los principios fundamentales de la Constitución de 1999 no eran
mencionadas en la propuesta, entonces no era una modificación de su estructura y sus princi-
pios fundamentales. Un argumento esgrimido ante la eventual complejidad de la vía de la
Asamblea Nacional Constituyente y ante el temor de que el pueblo optara por “sacar” a su
Presidente. Pero también es importante llamar la atención a la celeridad y urgencia con la que
se manejó la propuesta, y la máxima colaboración que prestaron la Asamblea Nacional y el
órgano contralor electoral para que todo estuviese listo en menos de cuatro meses. No sola-
mente es ser sino parecer.
En segundo lugar, la propuesta del Presidente terminó siendo una propuesta en tandem.
La Asamblea Nacional tanto se interesó en el asunto que terminó confundiendo la propuesta.

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