La noción de totalidad en las ciencias sociales

AutorRoy Alfaro
CargoBachiller en la enseñanza del castellano y la literatura
Páginas105-124
La noción de totalidad en las ciencias sociales
Henri Lefebvre*
Traducción por Roy Alfaro**
La noción de totalidad es una noción filosófica. Tal vez se le deba considerar
como una “categoría” de la filosofía. No hay un filósofo digno de este nombre
que no haya contribuido a elaborarla. No hay un filósofo digno de este nombre
que no se haya esforzado en alcanzar una representación del Universo como tota-
lidad. El empirismo, el pluralismo, en la medida en que permanecen siendo filo-
sofías, no escapan a esta constatación.
Señalemos aquí, desde el principio de este estudio, una distinción funda-
mental. La noción de Totalidad se puede comprender de dos maneras opuestas:
como totalidad cerrada y estática –como totalidad abierta y cambiante. Cuando se
quiere aplicar a realidades concretas, particularmente a las realidades humanas y
sociales, esta noción, las modalidades de su aplicación difieren profundamente se-
gún la interpretación de tal concepto. Una totalidad cerrada excluye otras totali-
dades, o bien se considera solo una en perjuicio de las otras, o bien las totalidades
consideradas permanecen exteriores con respecto a las otras. Por el contrario, una
totalidad “abierta” puede envolver otras totalidades igualmente abiertas, pudién-
dose implicarse a profundidad, etc... La noción de totalidad abierta es además
más sutil, más difícil de asir que aquella, más simple, denominada totalidad cerra-
da, se presentan como unos sistemas. La noción de totalidad abierta corresponde a
otro tipo de investigación y de pensamiento filosóficos.
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Expresemos la cuestión de otro modo: es preciso cuidarse de confundir “to-
tal” y “totalitario”, a pesar de que la confusión es bastante frecuente, provocando
el descrédito de la reflexión filosófica, considerada fácilmente como sistemática,
metafísica y totalitaria.
El pensamiento de los filósofos no opera en el vacío, en lo abstracto o en un
dominio aislado y trascendente. Consecuentemente, otros investigadores pueden
alcanzar las mismas nociones de los filósofos por otras vías. Es así que en la histo-
ria del conocimiento, la filosofía y la ciencia se reencuentran, se confirman sin ce-
sar y constituyen a veces unidades, sin por eso coincidir.
De igual modo en las ciencias experimentales, el científico puede presentir a
través de tal o cual ley que él aísla, una totalidad confusamente presupuesta: la
Naturaleza o el conocimiento humano. Esta confusa noción a veces paraliza la in-
vestigación, pero más a menudo quizás la fecunda. (Un ejemplo: la manera en la
cual Pasteur concebía la naturaleza, generalizando intuitivamente algunas estruc-
turas simétricas o asimétricas).
En las ciencias sociales, la noción de Totalidad se ha impuesto, lentamente,
de una manera específica y además tal vez aún más confusa que en las otras cien-
cias. A la representación confusa e intuitiva de la naturaleza o de la materia como
un todo corresponde en primer lugar la noción no menos confusa de la sociedad
como un Todo. Luego, la noción se ha elaborado, afinado, diferenciado. Así, los
teóricos y especialistas de las ciencias sociales han reencontrado por su propia
cuenta la noción de Totalidad, en la medida donde no se limitan a la pura y simple
descripción de hechos aislados.
Sin embargo, la noción considerada es en el fondo una noción filosófica.Su
empleo en un dominio concreto plantea algunos problemas y no sean riesgos.
Debe examinarse con prudencia y rigor. La confluencia de la filosofía con las cien-
cias (aquí las ciencias del hombre y de la sociedad), si sale bien, tiene una impor-
tancia considerable. Si fracasa, este fracaso tendrá graves consecuencias....
Desde la aurora de la filosofía, la noción de Totalidad (unidad y multiplici-
dad indisolublemente ligadas, constituyendo un conjunto o un todo) aparece
como esencial. Los filósofos griegos la planteaban ingenuamente, en el sentido de
una objetividad inmediata, dada, fácilmente asible. La naturaleza, para ellos, con-
tenía algunas características contradictorias: unidad y multiplicidad, movilidad y
profundidad, cambios superficiales y leyes. Hegel, en sus Leçons sur l’histoire de la
philosophie, muestra el sentido de las imágenes ingenuas, frescas y profundas, que
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Henri Lefebvre
Telos Vol. 13, No. 1 (2011) 105 - 124

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