Sarcoma secreto

Lo que se comentaba en los más altos y especializados círculos médicos venezolanos sobre el padecimiento del Presidente de la República ha estado saliendo a la luz pública como era de esperarse. La revelación de la naturaleza de un mal tan grave y que afecta a una personalidad de tanta referencia internacional era, como hoy lo sabemos, cuestión de tiempo porque, entre otras cosas, existen los congresos internacionales donde las informaciones fluyen con libertad y seriedad entre los especialistas. Si el Gobierno venezolano pensó que podía mantener bajo total secreto la enfermedad del Presidente, sea un cáncer típico o un sarcoma de mayores repercusiones, se equivocó por completo. Venezuela no es Cuba, donde el simple hecho de investigar e informar sobre lo que sucede en las alturas del poder es un delito.

Recientemente acaban de expulsar al corresponsal de El País, de España, que llevaba una década haciendo periodismo desde La Habana sin que se le acosara. Bastó una serie de informaciones sobre las crecientes protestas pacíficas en Cuba para que se le ordenara salir de la isla, olvidando que había mantenido siempre un equilibrio informativo digno de respeto.

Pero los comisarios políticos de la isla decidieron que era un peligro porque informaba sobre lo que estaba ocurriendo y no era un tonto útil. Así parece ocurrir aquí donde un ex presidente del Colegio de Periodistas, que siempre se disfrazó de honesto, acaba de acusar a los comunicadores que cubren la fuente de Sucesos de estar al servicio de la oposición y de los medios independientes.

Tiene un cinismo incalificable, porque trata de posicionar su...

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