El sentido de la ensenanza de los derechos humanos en la sociedad democratica.

AutorEster Sanchez, Antonio Tirso

THE MEANING OF THE TEACHING OF HUMAN RIGTHS IN THE DEMOCRATIC SOCIETY

Planteamiento

En todas las sociedades la educacion ha desempenado un papel decisivo en el proceso integrador y socializador de sus miembros. En las sociedades modernas conviven normalmente miembros procedentes de diferentes paises con multiples identidades culturales, y sera precisamente la educacion el instrumento mas adecuado para materializar su integracion e insercion en las sociedades receptoras a traves de un sistema educativo basado en la idea en que no solo es significativa la adquisicion de conocimientos, sino tambien la de valores que contribuyen a hacer efectivo el libre desarrollo de la personalidad individual (1).

La educacion ha de ser desde luego selectiva en cuanto a los conocimientos y valores a transmitir. Se impone al respecto una determinacion precisa de las competencias de los agentes educativos y una estricta supervision de su actuacion por parte de las instituciones publicas. Los padres y los docentes se encuentran en continuo contacto con los educandos, asumiendo una indiscutible responsabilidad en la configuracion y puesta en practica de programas de accion educativa de incidencia cierta sobre la configuracion del modo de ser y de sentir de cada individuo, en tanto se asume que en todo proceso educativo los contenidos transmitidos por los ensenantes comportan influencias, actitudes y convicciones que recibe su destinatario sin participar en su conformacion previa (2).

La identificacion de los valores a asumir por el sistema educativo resalta su sentido en la constatacion de que a lo largo de la historia la educacion ha sido en demasiadas ocasiones un medio de adoctrinamiento y de control sobre la juventud por parte de los gobiernos de los Estados totalitarios y de determinados grupos de presion que influian de manera muy evidente en la actitud de quienes detentaban los poderes de los Estados (3). La competencia que asumen los poderes publicos en la configuracion del sistema educativo con respecto al control de la accion de los agentes que en el intervienen acrecienta ese riesgo de adoctrinamiento o cuando menos de identificacion, siquiera sea inconsciente, de los valores educativos con los ideales que presiden el dia a dia de la accion estatal (4). Se impone la inexcusable prevencion a este respecto, haciendo prevalecer el sentido democratico de la educacion.

Los principios implicitos en la educacion democratica

El sistema educativo que opera dentro de un determinado Estado constituye un reflejo mas o menos fidedigno del tipo de gobierno imperante. Cualquier consideracion del sistema educativo debera valorar si nos encontramos o no ante un Estado democratico, porque este se proyecta inevitablemente, en mayor o menor medida en la labor educativa. Pero tambien podra el sistema educativo contribuir a agilizar la configuracion democratica de la sociedad que conformaran los sujetos pasivos de la accion educativa. Se trataria en este sentido de identificar cuales son los principios implicitos en la educacion democratica, y en particular de captar las condiciones minimas a transmitir por el sistema educativo que les permitan participar en una deliberacion cuyo resultado pueda merecer la consideracion de decision democratica.

Para que el individuo pueda deliberar democraticamente debera, por un lado, desarrollar las capacidades cognoscitivas (la lectura, la escritura, el calculo), y las de entender (los diferentes puntos de vista) y argumentar (formando juicios independientes) (5), y por otro lado, conseguir plasmar la realizacion de los valores inherentes a la deliberacion, como serian entre otros, la veracidad, la no violencia, el criterio practico, la integridad civica y la magnanimidad. Con la promocion de dichas capacidades y valores una sociedad democratica podra "asegurar las oportunidades basicas a los ciudadanos, asi como su capacidad colectiva de obtener justicia" (6).

En todo proceso deliberativo caben desde luego discrepancias. Para salvarlas se exige una actitud de respeto mutuo que permita lograr un consenso entre las partes intervinientes que pueda ser considerado como un consenso democratico en sentido estricto. Este respeto mutuo es un esfuerzo realizado para encontrar medios de cooperacion social que resulten aceptables para todos y no solo para los mas poderosos, evitando con ello cualquier tipo de dirigismo por su parte.

La educacion democratica constituye un ideal que posee de manera simultanea un doble caracter, tanto politico como educativo. Una teoria educativa democratica no puede sustituir al ideal moral educativo, ya que el ideal moral que inspira a una sociedad democratica es el que decidira cual sera el tipo de politica educativa, que llegado el caso, recibiran los menores. Lo procedente no seria imponer un ideal moral educativo concreto, sino encontrar los medios adecuados para poder consensuar opiniones enriqueciendo la vida colectiva en la puesta en marcha de un debate democratico que pudiera incluso llegar a modificar nuestros ideales morales (7).

Se resalta en este sentido la necesidad de activar las condiciones deliberativas exigibles para que el debate pueda reconocerse como democratico. El consenso referira en cualquier caso la existencia de "un conjunto de valores determinantes de normas de comportamiento hacia uno mismo, hacia los demas y hacia la comunidad" (8). Es en este sentido, un consenso sobre practicas autorrestrictivas que se proyecta como una "actitud psicologica de la colectividad" basada en el respeto a los distintos miembros del grupo. Estos valores se traduciran en la configuracion de la moral publica imperante en nuestra sociedad. La educacion democratica no podria en ningun caso prescindir de esta consideracion. Pero, como bien senala Eusebio Fernandez Garcia, "si se trata de ensenar valores morales para asi consolidar la cultura civica que exige una sociedad democratica, no es un buen consejo hacerlo de manera dogmatica e impositiva, sino critica y dialogante" (9). La educacion democratica no podria dejar de resultar en este sentido una educacion participativa.

Amy Gutmann explica que "una teoria democratica de la educacion reconoce la importancia de autorizar a los ciudadanos para que formen parte de la politica educativa y tambien de restringir sus elecciones entre politicas que esten de acuerdo con aquellos principios--de no represion y no discriminacion--que preservan las bases intelectuales y sociales de la deliberacion democratica" (10). Solo asi podremos afirmar que se cumple cabalmente la exigencia que contempla el ideal democratico de la educacion.

Cuando los ciudadanos influyen en la educacion que formara los valores politicos, actitudes y formas de comportamiento de las sucesivas generaciones hablamos de la "reproduccion social consciente". Si el ideal democratico de la educacion es la reproduccion social consciente, la teoria democratica se centrara en las practicas de la instruccion deliberada y en las influencias educativas de las instituciones que han sido creadas para propositos educativos (11).

Las leyes de la educacion deben ser relativas a los principios de gobierno. Los compromisos morales compartidos en sociedad sirven como bases para determinar la justicia de las practicas educativas. Cabria plantearse la siguiente disyuntiva: ?La justicia requiere una educacion conforme a la constitucion de su sociedad aunque esta sea cruel e injusta?. La respuesta no podria ser mas tajante. La educacion debe ser guiada por los principios y no por las practicas de un regimen (12). Y debe ser en cualquier caso critica con esos mismos principios.

Uno de los objetivos que persigue todo ideal democratico es que sus instituciones publicas fomenten el respeto mutuo entre los diferentes individuos considerados como ciudadanos libres e iguales (13). Eso supone ante todo respetar el derecho a la identidad cultural de cada uno. Pero tambien hacer todo lo posible para que la opcion cultural del individuo sea realmente libre, proporcionandole una informacion lo mas neutra posible y exhaustiva de los diferentes sistemas culturales (14). Sobre la base de esta premisa el programa educativo debera ajustarse a las exigencias que impone el reconocimiento cultural de las minorias e imbuir en el alumno actitudes de tolerancia hacia los demas.

Se trataria en primer lugar de promover una politica de reconocimiento de los grupos culturales historicamente oprimidos, evitando que pueda consolidarse en el ambiente social una censurable jerarquizacion cultural. La segunda premisa es la tolerancia entendida desde su vertiente positiva (o activa) que permite el contraste con otras ideologias, pensamientos...

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