Ganas las elecciones
| Autor | Daniel Armando Contreras Méndez |
| Páginas | 17-36 |
CAPÍTULO I
Ganas las elecciones
Ante una lista de candidatos se piensa que,
felizmente, solo puede ser elegido uno.
Noel C
Para ser gobernante municipal solo se necesitan dos cosas:
La primera es tener sensibilidad social2. Ella no es otra cosa que
la fatigante preocupación por los demás, sentir como propios los
problemas de quienes lo eligieron. Es saber cuándo callar, para
poder escuchar. Es percatarse de que los demás piensan diferente
a usted. Es respetar las opiniones de los otros, incluso si nos ad-
versan. Un gobernante que no escucha se convierte en autócrata.
Una persona con sensibilidad social es un ser tolerante, compa-
sivo y bondadoso, pero con la suciente «picardía» para no de-
jarse engañar por adulaciones. Es un ser que se complace por
las alegrías de otros y se desconsuela por la tristeza de los caídos
y da apoyo. Es un ser espiritual, que agradece a Dios por cada
nuevo día, y aun en la desesperanza, se mantiene positivo. Un
buen gobernante es un ser en constante aprendizaje, que estudia,
2 La Real Academia Española, en su Diccionario, dene sensibilidad como:
«(Del lat. sensibiltas, -ātis). 1. f. Facultad de sentir, propia de los seres an-
imados. 2. f. Propensión natural del hombre a dejarse llevar de los afectos
de compasión, humanidad y ternura. 3. f. Cualidad de las cosas sensibles.
4. f. Grado o medida de la ecacia de ciertos aparatos cientícos, ópticos,
etc. 5. f. Capacidad de respuesta a muy pequeñas excitaciones, estímulos
o causas». Vid. https://dle.rae.es/sensibilidad%20?m=form.
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planica, que respeta las leyes. El no tener conocimientos de las
normas jurídicas puede hacer que las decisiones sean ilegales
o, peor, injustas. La ignorancia trae dudas, retrasa la s decisiones y,
peor aún, hace tomar malas medidas. La sensibilidad social no
debe limitarse a un sentimiento interno, se debe exteriorizar,
se debe actuar. Actuar sin demora. La justicia tardía es injusticia.
Un buen gobernante siempre está activo y mueve a su equipo con
su ejemplo, con su visión, decidiendo, trabajando para resolver
los problemas de quienes lo eligieron.
La segunda cosa que se necesita para ser alcalde en un gobierno
«democrático» es: ganar las elecciones.
1. C
Una vez que se es elegido alcalde, lo primero que se debe hacer es
nombrar la comisión de enlace. Sé que la emoción no le permite
creer que ganó; incluso puede pensar que lo primero es hacer la
caravana, y celebrar con todas aquellas personas que colaboraron
en su campaña, compartir con las mujeres y hombres que dieron
el alma en los centros electorales, movilizadores, con su familia.
Y está en lo cierto. Las cosas buenas hay que celebrarlas. Y a los
que nos ayudan hay que hacerles saber nuestro agradecimiento.
El cansancio intentará dominarlo; la jornada electoral fue afa-
nosa, la noche del domingo y la madrugada del lunes frente al
Consejo Nacional Electoral (CNE) defendiendo los resultados
son momentos agotadores. Pero ya es lunes; el sol salió. Proba-
blemente no habrá dormido nada, la adrenalina y una taza de
café será su mejor infusión para estar despierto, y hay que hacer
la caravana. El lugar, la hora de salida, el recorrido, es su primera
decisión. Quizás repita la misma ruta que usó en la caravana
del cierre de campaña. Así que debe encargarle a alguien que su
victoria se sienta en las calles. Pero mientras disfruta su triunfo,
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